Les abrió el entendimiento
Evangelio según san 24, 13-35
[Comentario]
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
- «Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
- «¿Por qué os alarmáis;” ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
- «¿Tenéis ahí algo de comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
- «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
- «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»
Comentario
[Comentario]
Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
- «Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
- «¿Por qué os alarmáis;” ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
- «¿Tenéis ahí algo de comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
- «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
- «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»
Comentario
La fracción del pan abre los ojos para reconocer a Jesús, pero aún falta algo. Entender la muerte como ofrenda en el pan que se entrega y el vino que se derrama permite comprender la fidelidad de Dios ante el hombre fiel hasta la fidelidad extrema. Pero aún falta algo.
Porque todavía la alegría embota la inteligencia y parece que las cosas parecen pero no son. Aquel que no era ni el Bautista, ni Elías, ni uno de los profetas tampoco es un muerto revivido ni es un espíritu o un fantasma.
Aquí no se habla de la vida detrás de la muerte, aquí se habla de algo más.
Le ofrecieron un trozo de pez asado..... ICZYS....Iesouos Christos......Zeou Yios.....Soter....Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador. Es la fe que hace ver lo que sólo es apariencia y comprender más en profundidad lo que sucede.
La fracción del pan muestra inmediatamente la fraternidad y la solidaridad, la cercanía, la compasión humana y la gran familia de todos los hombres... Pero hay algo más, hay mucho más. La fracción del pan es la comunión en la misma vida de Dios.
No sólo se rescata y renueva la vida humana, sino que la misma divinidad diviniza la vida humana haciéndola vida de Dios.
Este es el misterio de la Pascua, esto es lo que se realizó en nuestro bautismo y que poco a poco la Iglesia nos va acompañando a descubrir.
Porque todavía la alegría embota la inteligencia y parece que las cosas parecen pero no son. Aquel que no era ni el Bautista, ni Elías, ni uno de los profetas tampoco es un muerto revivido ni es un espíritu o un fantasma.
Aquí no se habla de la vida detrás de la muerte, aquí se habla de algo más.
Le ofrecieron un trozo de pez asado..... ICZYS....Iesouos Christos......Zeou Yios.....Soter....Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador. Es la fe que hace ver lo que sólo es apariencia y comprender más en profundidad lo que sucede.
La fracción del pan muestra inmediatamente la fraternidad y la solidaridad, la cercanía, la compasión humana y la gran familia de todos los hombres... Pero hay algo más, hay mucho más. La fracción del pan es la comunión en la misma vida de Dios.
No sólo se rescata y renueva la vida humana, sino que la misma divinidad diviniza la vida humana haciéndola vida de Dios.
Este es el misterio de la Pascua, esto es lo que se realizó en nuestro bautismo y que poco a poco la Iglesia nos va acompañando a descubrir.
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