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Mostrando entradas de abril, 2011

El absurdo del Sepulcro

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     Hay un personaje bíblico que produce una particular fascinación de la que no soy ajeno. Una discípula de Jesús - tan sólo se nombran tres o cuatro - de la que apenas hay datos biográficos. Marcos dice que de ella Jesús "había sacado siete demonios", una noticia repetida por Lucas (¡que lo asocia con las enfermedades 8,2) y que es demasiado ambigua y abierta a la interpretación como para no caer bajo el influjo de una imaginación caprichosa.        De ella hay un dato fuertemente transmitido: acompañaba a Jesús en el momento de su muerte, estaba junto a la cruz ella y Juan, ningún otro discípulo, ningún gran apóstol. El otro dato es que es la primera persona en encontrar al resucitado, al menos según las tradiciones de Mateo (28,1), y Juan (20,1) y también en la ampliación del evangelio de Marcos (16,9). María de Magdala no está junto a la cruz porque espere o crea que Jesús va a hacer algo. Es más una fidelidad casi esencial. Es como si toda su vida estuviera marca

La labor del sacerdote

Si predica más de diez minutos… no acaba nunca. Si predica menos de diez minutos… no se ha preparado. Si trata temas sociales… es de izquierdas. Si trata temas morales… es de derechas. Si está en su despacho… es un misántropo. Si visita a las familias… no tiene nada que hacer. Si es cordial con la gente… tiene problemas afectivos. Si es reservado… es un reprimido. Si hace obras en la Iglesia… tira el dinero por la ventana. Si no las hace… le interesa poco la Iglesia. Si tiene amigos ricos… vive con los que mandan. Si se rodea de pobres… es un revolucionario. Si es joven… no tiene experiencia. Si es mayor… debería jubilarse. Si hace salidas con los jóvenes… descuida la parroquia. Si no las hace… es que no se preocupa de los jóvenes. Si va por las entidades del barrio… quiere meterse en todo. Si no va… desconoce la realidad de la gente. Si el obispo cierra la parroquia por falta de sacerdotes… El pueblo se mueve y todos firman una carta de protesta.

Escapar o vencer a la Muerte

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La imagen que acompaña es un detalle de un sarcófago que se encuentra en el Museo Vaticano. En él se enterró a un cristiano en el siglo IV de nuestra era. El hombre joven y sin barba es Jesús, tocando a Lázaro, que está saliendo del sepulcro. A sus pies, María o Marta, la hermana de Lázaro. Esta imagen esculpida en el extremo de un cofre sepulcral es toda una declaración de fe: Nosotros que hemos vivido con Cristo, tenemos la certeza de que seguiremos estando con Cristo tras la muerte... "¿crees esto?"... esta es la pregunta que Jesús dirige a Marta (Jn 11,26) La existencia del hombre, de todo hombre, busca una permanencia, que viene negada por la caducidad. Tenemos una capacidad de crear, de generar a nuestro alrededor, desde la cultura a las relaciones y finalmente la propia vida. Pero esta capacidad humana que nos asemeja tanto a Dios está amenazada continuamente por un principio de caducidad, de temporalidad, en definitiva, de muerte. Y nuestra ciencia y nuestra téc

Canción al corazón de Jesús

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Letanías de la Humildad

Jesús manso y humilde de Corazón, Óyeme Del deseo de ser estimado, Líbrame Jesús Del deseo de ser amado, Líbrame Jesús Del deseo de ser ensalzado, Líbrame Jesús Del deseo de ser honrado, Líbrame Jesús Del deseo de ser alabado, Líbrame Jesús Del deseo de ser preferido a otros, Líbrame Jesús Del deseo de ser consultado, Líbrame Jesús Del deseo de tener aceptación, Líbrame Jesús Del temor de ser humillado, Líbrame Jesús Del temor de ser despreciado, Líbrame Jesús Del temor de ser reprendido, Líbrame Jesús Del temor de ser calumniado, Líbrame Jesús Del temor de ser olvidado, Líbrame Jesús Del temor de ser puesto en ridículo, Líbrame Jesús Del temor de ser injuriado, Líbrame Jesús Del temor de ser juzgado con malicia, Líbrame Jesús Que los otros sean más amados que yo, Jesús dame la gracia de desearlo Que los otros sean más estimados que yo, Jesús dame la gracia de desearlo Que los otros crezcan en la opinión del mundo y que yo me eclipse, Jesús dame la gracia de desearl