Amar al no próximo

Evangelio según San Mateo  5, 43-48
[Comentario]

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»




El libro del levítico presenta una serie de normas de relación con el prójimo (lev 19,11-19) que explican claramente como comporarse con "el de de tu pueblo": no levantar calumnias, no juzgar en falso, no robar, no dejarse llevar por el enfado, no retenerle el salario,... Como conclusión  "Amarás a tu prójimo como a ti". Y concluye con una fórmula de juramento, "Yo soy Yahve", que podemos entender como "así lo digo yo".

¿Y qué pasa con el que no es mi prójimo? En general, cuando algo no estaba escrito literalmente en la biblia, los maestros de la Ley interpretaban desde la lógica normal. ¿Qué se debe hacer con un malvado o con un enemigo? Y la naturaleza nos ha dado el odio y el miedo para protegernos, así que es lícito. Incluso cuando hablamos de extranjeros que profanan nuestra sagrada tierra, entonces odialos no sólo está permitido sino que es casi una obligación.

No hay pruebas documentales de que se enseñara el odio a los enemigos, pero podemos suponer que en Galilea, donde durante cien años hubo revueltas contra el imperio romano, los discrusos fueran más cercanos a los de los de el Estado Islámico que a las palabras de Gandhi o Luther King.

"Pero yo os digo.... sed como vuestro Padre". La lectura que Jesús hace de la ley del Levítico está marcada por una profunda conciencia que el va compartiendo, casi sería el núcleo de la experiencia religiosa de Jesús, su gran aportación a la historia del judaísmo y después de la humanidad: ABBA. Cuatro letras (que complementan las otras cuatro de YHWH) e introduce en la historia de la humanidad una categoría que iguala a todos los seres humanos, siglos y libros y vidas antes de que inventáramos la noción de "ciudadano" o de "humano con derechos fundamentales". En aquellas praderas de la baja Galilea se anuncia la novedad de un Reino que es de todos y para todos, donde cualquiera que se me acerca me es próximo.

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