Maestro... ¿qué espera Dios de nosotros?

El Maestro paseaba con los novicios y uno le preguntó:
- Maestro, ¿qué espera Dios de nosotros?

El Maestro guardó unos momentos de silencio mientras sus pies jugueteaban con la arena del camino, levantó la mirada hacia los novicios y les preguntó: ¿vosotros qué creéis que espera Dios que hagáis?
Y ellos fueron respondiendo:
- Que nos dejemos llevar totalmente por Él, como el barco que se deja arrastrar por el viento.
- Que elijamos el mejor modo de usar nuestras capacidades, como el fuego, que arde en la cocina o en la chimenea, y no abrasa los campos o la casa.
- Que seamos perfectos, como el reflejo en un espejo cristalino.
- Que atraigamos a todos hacia Él, como hace el faro en la tormenta.
- Que terminemos la obra del Reino que quedó a medias, como buenos sucesores.

Pero el más pequeño de los novicios se quedó callado. Y cuando todos le miraron siguió callado, y cuando el maestro preguntó, entonces respondió:
- ¿qué espera Dios que yo haga? No lo tengo muy claro, y no sé si es importante.
Lo que me importa es que sé que Dios me espera a mí.