¿Eso es todo?.... ¡Es todo eso!

Hoy fue un día intenso, pero si lo repaso mentalmente, prácticamente no he hecho nada.
Básicamente mi día ha tenido dos acciones de "interrelación" con otros seres humanos. Por la mañana y por la tarde he sido enviado a dos comunidades a presidir la eucaristía, pero, en la práctica, lo único que he hecho ha sido "partir el pan".
Si lo pienso con calma me surge inmediatamente una pregunta "¿eso es todo?". Hoy podía haber ido al cine, haber leído un gran libro, haber alimentado personas, descubierto un manuscrito perdido, acompañado a un enfermo, enseñado a quien no sabe leer..... y lo único que he hecho en mi vida ha sido "partir" un pedazo de pan.

Lo peor es que el fin de semana pasado fue parecido. Todo lo que hice fue echar agua en un par de críos, bendecir un par de monjas, predicar en un par de misas y reconciliar las conciencias de dos viejos amigos. (es que el fin de semana eran "dos" días y todo lo hice a pares).

La clave de la reflexión de hoy está en algo del evangelio de este domingo, esa imagen de Cristo como "puerta de las ovejas". Algo a través de lo que hay que pasar. Y alguien que "abre" esa puerta. En mi caso, alguien que abre la puerta para que el agua limpie el pecado, para que la palabra se haga bendición, para que el pan se haga Dios mismo que se hace alimento (pastor y pasto) para que entremos a través de él entrando él en nosotros.

Claro que hago otras cosas en la vida. Cuento grandes historias del Antiguo Testamento, contagio risas cuando estoy inspirado, hago mi magia con los ordenadores que no quieren obedecer, enseño a leer la Biblia como si estuviera escrita para ser entendida, con cierta frecuencia estoy inspirado en las homilías... y casi siempre se puede contar conmigo para desahogarse compartiendo un café o un buen paseo, para abrir una puerta y ofrecer un techo a las mil de la mañana, para desmontar con dos ironías las angustias de la rutina.

Sí, hago muchas cosas. Pero hoy, la más fascinante, la única que me merece la pena recordar del día de hoy es que yo he partido el pan para mis hermanos, que he abierto la puerta para que accedieran directamente, físicamente a él. Claro que es importante cuidar de las necesidades de nuestra vida humana, pero hoy entiendo que lo más guay que yo hago es "abrir" la puerta de la Gracia. Algo demasiado sutil como para que sea importante, pero demasiado esencial para que podamos vivir (no sólo sobrevivir) sin ello....

"¿Eso es todo lo que hago?"........¡Lo que hago es Todo eso!
Y sí, es increíble, me gusta y es un don alucinante.



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