Entradas

Mostrando entradas de 2017

La Llamada y el Converso

Empecé la semana asistiendo al teatro a ver "La Llamada" y la termino saliendo del cine de ver "Converso". No recuerdo haber tenido tan presente el tema vocacional desde los tiempos en los que empecé a inquietarme con mi propia vocación. "Vocación"... Después de esta semana empiezo a pensar que deberíamos latinizarlo menos y usar la expresión castellana "Llamada". Porque al decir vocación estamos cargando mucho las tintas sobre los deseos personales, las aspiraciones, los sueños.... Y eso pone mucho énfasis en la persona humana que elige, que responde, que trata de estar a la altura... y también que se cansa, que se siente más o menos satisfecha, que continúa día tras día con convicción o con ilusión o con resignación o que incluso decide retirarse en busca de vocaciones más satisfactorias. Pero "Llamada" cambia el sujeto protagonismo de la elección y de la perseverancia. Ahora el que decide si la llamada merece o no la pena, el que...

Hacer mi/su Santa Voluntad

Evangelio según san Mateo 21,28-32 [Comentario] En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:  «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?» Contestaron: «El primero.» Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.» Comentario ¿Qué os parece? La respuesta nos sale tan inmediata que nuestras palabras terminan por dejarnos en feo. En una aldea de Galilea, si tu padre tenía una v...

Atar y Desatar

Evangelio según san Mateo 18,13-20 [Comentario] En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en los cielos, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos. Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Comentario La imagen de la humanidad atada, encadenada quizás a sus fragilidades, a sus errores y al pecado, tanto persona como comunitario, puede ser una imagen que des...

Por la Pascua o por la Trinidad

Había una canción infantil, sobre un tal Mabrú que iba a la guerra y no volvía ni por Pascua ni por la Trinidad... No puedo dejar de tararearla cada vez que se celebra esta fiesta. La Trinidad, la unión de sin confusión de esas tres substancias en una esencia, tres rostros de la única divinidad, tres expresiones que sin ser la misma están unidas de tal forma que lo que nos parece distinto y propio de cada uno lo es trambién adecuado de los otros. Es una excusa como otra cualquiera para reflexionar sobre un punto central de la fe que - sorprendentemente - ni siquiera hemos conseguido encontrar una forma de expresarlo que no nos haga sonreír cuando la pobreza de nuestro lenguaje (Trin. VII, 4,9) la define como "tres personas en una misma esencia". Una frase que conserva la ortodoxia pero que no deja de sonar a hueca definición, sin carne ni historia ni pasión. ¡Y es uno de los puntos centrales de la fe cristiana! Y uno de los irrenunciables renunciados. Podríamos ser cris...