Os conviene que me vaya


Evangelio según san Juan 16, 5-11
[Comentario]


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

– «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: “¿Adónde vas?” Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré.

Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado, de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»

Comentario
La marcha de Jesús inaugura una nueva época, la época del Espíritu. Y así la tristeza de la ausencia se abre a la alegría de una nueva presencia, una nueva forma de relacionarse con un Dios que transforma la realidad del hombre.


E inaugura una nueva época que matiza la comprensión del pecado, la justicia y el juicio. Porque ese Día definitivo de Dios que traería la destrucción de los malvados, que devolvería a los justos su herencia perdida.

La experiencia del  Resucitado da un nuevo contenido al sentido de justicia, pecado y juicio. La justicia o "el ser justo" queda identificada con la unión con Cristo, el justo que entra en el ámbito de lo divino. El pecado - es decir, lo que nos separa de Dios - queda concretado en no creer en el Cristo, no reconocer a Cristo y, por tanto, no permanecer en él. Finalmente el juicio del mundo no es algo que sucede al final de los tiempos de forma apocalíptica, sino que se da en el momento en el que se elige "regidor" para este mundo.

Cristo se convierte así en la clave que da inicio al nuevo Reinado de Dios en la Tierra.


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