Amar como Dios
Evangelio según san Juan 15,9-17
[Comentario]
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»
ComentarioEsto os mando. La identidad judía gira en torno a cumplir los mandamientos de Dios, los preceptos que Mooses establece en Sinaí. El judio autentico se reconoce porque cunple los mandamientos.
Es un fiel servidor de Dios. Siervo de Dios es uno de los títulos más honoríficos de la tradición he tea, y de la cristiana. El cristiano más conocido es el "siervo de los siervos de Dios"
Pero la resurrección inaugura una etapa nueva de comprensión de Dios. El Padre nos hace conocer algo nuevo, algo impensable, su misericordia infinita al entregar al Hijo y su potencia evidente resucitarle, y la presencia de un Reino que ya no solo existirá sino que existe ya.
Por eso nos da un nuevo nombre y un nuevo mandamoento. Seguimos siendo los elegidos, con Abraham y Jacob y Moisés, pero elegidos no para ser siervos sino amigos, una palabra griega que significa amado, igual que en hebreo y en latín.
Es una nueva relación que establece un nuevo modo de comportamiento. Ahora se comprende que no matar ni robar, no desear las cosas de los otros es el primer peldaño para vivir la auténtica vida de Dios... dar la vida los unos por los otros
En la muerte de Jesus reconocemos el auténtico rostro del Padre, que en lugar de salvar a su Hijo nos salva a nosotros, que paga nuestra traición con un perdón absoluto, que transforma nuestro crimen en obra de salvación.
Hemos conocido al Padre, hemos conocido su amor y hemos conocido que la vida de Dios es precisamente eso... Amar dando la vida por los que se ama.
Esta es la vida de Dios.
Amemos como Dios para vivir como Dios
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