A modo de Retiro Matrimonial
La comunidad matrimonial – consortio (cum Sortis) – desaparece en la traducción al español?
-
¿Cuál es esa suerte?
o
Herencia/Lote – Sal 16
El Señor es la porción de mi lote y de mi copa; tú controlas mi suerte: me ha tocado una parcela apacible, es espléndida mi heredad. (Sal. 16:1 PER)
o
Camino
§ com. Salm 123 - ¿Adónde
vamos? A la Verdad. ¿Por dónde vamos? Por la fe. ¿Adónde vamos a Cristo? ¿Por
dónde vamos? Por Cristo
Quo imus? Ad veritatem. Qua imus? Per fidem. Quo imus? Ad Christum. Qua imus? Per Christum.
§ Serm 306 -Si los compañeros de peregrinación gozan de esta manera unos de otros en el camino, ¡qué gozo no alcanzarán en la patria!
o
Patria
§ sermón 123 Tal es el
camino: camina por la humildad para llegar a la eternidad. Cristo Dios es la
patria adonde vamos; Cristo hombre, el camino por donde vamos.
Deus Christus patria est quo imus; homo Christus via est qua imus.
-
Esperanza, alegría,
-
Luz en la tinieblas
o
Sal 112,4
o
El Drama del Hombre
§
nacer fue mi delito, nacer a la conciencia,
sentir el mar en mí de lo infinito y amar a los humanos ¡Pensar es mi castigo!
-
Pide, sin vacilar, sin entristecerte - pete,
noli cunctari; noli contristari
o
Pues la razón de
que esté oscuro no es despreciarte, sino ejercitarte. Por tanto, hermanos,
debemos exhortarnos mutuamente a la oración, tanto yo como vosotros. En medio
de la multitud de los males del mundo actual no nos queda otra esperanza que
llamar en la misma oración, creer y mantener fijo en el corazón que lo que tu
Padre no te da es porque sabe que no te conviene. En efecto, tú sabes lo que
deseas; lo que te es provechoso, lo sabe él. Suponte que te has puesto en manos
de un médico y que estás enfermo, como es en verdad, pues toda esta nuestra
vida no es otra cosa que una enfermedad, y una larga vida no es otra cosa que
una larga enfermedad; suponte, pues, que, enfermo, te has puesto en manos de un
médico. Recién llegado, te agradó dar el paso y pedir al médico un trago de vino.
No se te prohíbe pedirlo; puede darse que no te haga daño y hasta te convenga
tomarlo. No dudes en pedirlo; pídelo sin vacilar; pero si no lo recibes,
no te entristezcas. Si esto se da con el médico corporal, ¿cuánto más
con Dios médico, creador y restaurador tanto de tu cuerpo como de tu alma?
-
De paso en lo temporal, estables en lo eterno - peregrini transituri, non possessores mansuri
o
7. Hay, pues, dos clases de bienes, los temporales y los
eternos. Los temporales son la salud, las riquezas, un cargo público, los
amigos, la casa, los hijos, la esposa y las demás cosas de esta vida en la que
somos peregrinos. Situémonos, por tanto, en el albergue de esta vida como
huéspedes de paso, no como propietarios estables. Los bienes eternos, a su vez,
son, ante todo, la misma vida eterna, la incorrupción y la inmortalidad de la
carne y del alma, la compañía de los ángeles, la ciudad celeste, la dignidad
indefectible, el Padre y la patria, él sin muerte, ella sin enemigos. Deseemos
estos bienes con todo el ardor, pidámoslos con toda perseverancia, no con un
largo discurso, sino con el testimonio del gemido. El deseo ora siempre, aunque
calle la lengua. Si siempre deseas, siempre oras. ¿Cuándo se adormece la oración? Cuando se enfría el deseo25. Pidamos, por tanto, con toda avidez los bienes eternos,
busquémoslos con toda atención; pidamos confiados esos bienes, pues a quien los
tiene, le son de provecho, no pueden dañarle. Por el contrario, estos bienes
temporales a veces aprovechan, a veces dañan. A muchos les fue provechosa la
pobreza y les dañaron las riquezas; a muchos les fue de provecho la vida
privada y les dañó el desempeñar un alto cargo. Y, a su vez, a muchos les
benefició el dinero y les favoreció el poseer un alto rango. Les fue de
provecho a quienes los usaron bien; en cambio, el no habérselo quitado dañó a
quienes hicieron mal uso de ellos. Por ello, hermanos, pidamos también estos
bienes temporales, pero con moderación, con la seguridad de que, si los
recibimos, los da quien sabe lo que nos conviene. ¿Pediste y no se te concedió
lo que solicitabas? Cree al Padre; cree que, si te hubiese convenido, te lo
hubiese dado. Ponte tú mismo como ejemplo. Como es tu hijo respecto de ti, es
decir, desconocedor de las cosas humanas, así eres tú ante el Señor, esto es,
desconocedor de las cosas divinas. Suponte que tu hijo pasa todo el día
llorando ante ti para que le des el cuchillo, esto es, la espada; te niegas a
dárselo, no se lo das; no te preocupa que llore, para no tener que llorarlo al
verlo morir. Llore, aflíjase, golpéese para que lo subas al caballo; no lo
haces porque no puede gobernarlo; el caballo lo tirará al suelo y lo matará. A
quien le niegas una parte, le reservas la totalidad. Mas para que crezca y
posea todo sin peligro, le niegas esa cosa pequeña, pero peligrosa.Sermón
80
-
Nos sumus tempora :
quales sumus, talia sunt tempora.
o
8. Por tanto, hermanos, os digo que oréis cuanto podáis.
Abundan los males, pero Dios lo quiso. ¡Ojalá no abundaran los malos y no
abundarían los males! «Malos tiempos, tiempos fatigosos» —así dicen los
hombres—. Vivamos bien, y serán buenos los tiempos. Los tiempos somos nosotros;
como somos nosotros, así son los tiempos. Pero ¿qué hacemos? ¿No podemos
convertir a la vida santa a la muchedumbre de los hombres? Vivan bien los pocos
que me escuchan; los pocos que viven santamente soporten a los muchos que viven
malvadamente. Son granos, están en la era. En la era pueden tener a su lado la
paja, pero no en el granero. Soporten lo que no quieren para llegar a lo que
quieren. ¿Por qué nos entristecemos y acusamos a Dios? Si abundan males en el
mundo es para que no lo amemos. Grandes varones, santos varones fueron los que
despreciaron un mundo hermoso; nosotros no somos capaces de despreciarlo ni aun
siendo feo. El mundo es malo; ved que es malo y se le ama como si fuera bueno.
Sin embargo, ¿qué es ese mundo malo? Pues no es malo el cielo, ni la tierra, ni
las aguas y cuanto hay en ellos, los peces, las aves, los árboles. Todas estas
cosas son buenas, pero el mundo malo lo constituyen los hombres malos. Mas,
puesto que, mientras vivimos —como he dicho—, no podemos carecer de hombres
malos, gimamos ante el Señor nuestro Dios, soportemos los males hasta llegar a
los bienes. Nada reprochemos al padre de familia, pues es cariñoso. Es él quien
nos lleva, no nosotros a él. Sabe cómo gobernar lo que él creó;
haz lo que mandó y espera lo que prometió.
fac quod iussit, et spera quod promisit. (sermón 80)
Si amas a Dios
Si amas a Dios,
en ninguna parte has de sentirte extranjero,
porque El estará en todas las regiones,
en lo más dulce de todos los paisajes,
en el límite indeciso de todos los horizontes.
Si amas a Dios,
en ninguna parte estarás triste,
porque, a pesar de la diaria tragedia,
El llena de júbilo el Universo.
Si amas a Dios,
no tendrás miedo de nada ni de nadie;
porque nada puedes perder y
todas las fuerzas del cosmos
serían impotentes para quitarte tu heredad.
Si amas a Dios,
ya tienes alta ocupación para todos los instantes,
porque no habrá acto que no ejecutes en Su Nombre,
ni el más humilde, ni el más elevado.
Si amas a Dios,
ya no querrás investigar los enigmas;
porque lo llevarás a El
que es la clave y resolución de todos.
Si amas a Dios,
ya no podrás establecer con angustia
una diferencia entre la vida y la muerte;
porque en El estás y El permanece incólume
a través de todos los cambios.
Mis Tesoros – Profesión de Isabel de los Ángeles
Sea mi gozo en el
llanto,
sobresalto mi reposo,
mi sosiego doloroso,
y mi bonanza el quebranto.
Entre borrascas mi
amor,
y mi regalo en la herida,
esté en la muerte mi vida,
y en desprecios mi favor.
Mis tesoros en
pobreza,
y mi triunfo en pelear,
mi descanso en trabajar,
y mi contento en tristeza.
En la oscuridad mi
luz,
mi grandeza en puesto bajo.
De mi camino el atajo
y mi gloria sea la cruz.
Mi honra el
abatimiento,
y mi palma padecer,
en las menguas mi crecer,
y en menoscabo mi aumento.
En el hambre mi
hartura,
mi esperanza en el temor,
mis regalos en pavor,
mis gustos en amargura.
En olvido mi memoria,
mi alteza en humillación,
en bajeza mi opinión,
en afrenta mi victoria.
Mi lauro esté en el
desprecio,
en las penas mi afición,
mi dignidad sea el rincón,
y la soledad mi aprecio.
En Cristo mi
confianza,
y de El solo mi asimiento,
en sus cansancios mi aliento,
y en su imitación mi holganza.
Aquí estriba mi firmeza,
aquí mi seguridad,
la prueba de mi verdad,
la muestra de mi firmeza.
Eucaristía
Amor de Ti nos quema, blanco cuerpo;
amor que es hambre, amor de las entrañas;
hambre de la Palabra creadora
que se hizo carne; fiero amor de vida
que no se sacia con abrazos, besos, .
ni con enlace conyugal alguno.
Sólo comerte nos apaga el ansia,
pan de inmortalidad, carne divina.
Nuestro amor entrañado, amor hecho hambre,
¡oh, Cordero de Dios!, manjar Te quiere;
quiere saber sabor de tus redaños,
comer tu corazón, y que se derrita
sobre el ardor de nuestra seca lengua:
que no es gozar en Ti: es hacerte nuestro,
carne de nuestra carne, y tus dolores
pasar para vivir muerte de vida.
Y tus brazos abriendo como un muestra
de entregarte amoroso, nos repites:
«¡Venid, tomad, comed: éste es mi cuerpo!»
¡Carne de Dios, verbo encarnado, encarna
nuestra divina hambre carnal en Ti!
QUIZÁS ESTA SOLEDAD
Quizás esta soledad
sea palpar horizontes
donde la noche se cierra
y andar, a pesar del miedo,
cuando tantos se recogen
al abrigo, y la montaña
se nos viene toda encima.
Soledad no es estar solo,
es vencer la compañía
que nos detiene y seguir,
con la mochila del riesgo,
consciente de la frontera
y el destino de ser hombre.
Ex 13,17 – Dios no los llevó por el camino más corto
17
Cuando el faraón dejó salir al pueblo, Dios no los llevó por el camino del país
de los filisteos, aunque era más corto; pues dijo: "No sea que, al verse
atacado, el pueblo se arrepienta y se vuelva a Egipto."
18 Dios hizo rodear al pueblo por
el camino del desierto del mar Rojo (Ex
13:17-18 BJ3)
Is 54 - Canta de gozo, la
estéril (Isa. 54:1 PER)
Canta de gozo, la estéril que no dabas
a luz; rompe a cantar de júbilo, la que no tenías dolores; porque la abandonada
tendrá más hijos que la casada dice el Señor . 2 Ensancha el espacio
de tu tienda, despliega sin miedo tus lonas, alarga tus cuerdas, hinca bien tus
estacas; 3 porque te extenderás a derecha e izquierda, tu estirpe
heredará naciones y poblará ciudades desiertas. 4 No temas, no
tendrás que avergonzarte, no te sonrojes, no te afrentarán; olvidarás el
bochorno de tu soltería, ya no recordarás la afrenta de tu viudez. 5
Porque el que te hizo te toma por esposa: su Nombre es Señor Todopoderoso. Tu
redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra. 6
Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de
juventud, repudiada dice tu Dios . 7 Por un instante te abandoné,
pero con gran cariño te recogeré. 8 En un arrebato de ira te escondí
un instante mi rostro, pero con lealtad eterna te quiero dice el Señor, tu
redentor . 9 Me sucede como en tiempo de Noé: juré que las aguas del
diluvio no volverían a cubrir la tierra; así juro no airarme contra ti ni
reprocharte. 10 Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas,
no te retiraré mi lealtad ni mi alianza de paz vacilará dice el Señor, que te
quiere . 11 ¡Oh afligida, venteada, desconsolada! Mira, yo mismo te
coloco piedras de azabache, te cimento con zafiros, 12 te pongo
almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y muralla de piedras preciosas. 13
Tus hijos serán discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos. 14
Tendrás firme asiento en la justicia; quedará lejos la opresión, y no tendrás
que temer, el terror no se te acercará. 15 Si alguno te asedia, no
es de mi parte; si lucha contigo, caerá frente a ti. 16 Yo he creado
al herrero que aviva las brasas y saca una herramienta, y yo he creado al
devastador funesto: 17 ningún arma forjada contra ti dará resultado;
y a la lengua que te acuse en juicio le probarás que es culpable. Ésta es la
herencia de los siervos del Señor, yo soy su vindicador oráculo del Señor .
(Isa. 54:1 PER)
-
GS 15
-
Finalmente, la naturaleza intelectual de la persona humana se
perfecciona y debe perfeccionarse por medio de la sabiduría, la cual atrae con
suavidad la mente del hombre a la búsqueda y al amor de la verdad y del bien.
Imbuido por ella, el hombre se alza por medio de lo visible hacia lo
invisible.
-
Nuestra época, más que ninguna otra, tiene
necesidad de esta sabiduría para humanizar todos los nuevos
descubrimientos de la humanidad. El destino futuro del mundo corre peligro si
no forman hombres más instruidos en esta sabiduría. Debe advertirse a este
respecto que muchas naciones económicamente pobres, pero ricas en esta
sabiduría, pueden ofrecer a las demás una extraordinaria aportación.
-
Con el don del Espíritu Santo, el hombre llega por la fe a
contemplar y saborear el misterio del plan divino.
o
-
GS 47-48
o
48. Fundada por el Creador y en posesión de sus
propias leyes, la íntima comunidad conyugal de vida y amor se establece
sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su consentimiento
personal e irrevocable. Así, del acto humano por el cual los esposos se dan y
se reciben mutuamente, nace, aun ante la sociedad, una institución
confirmada por la ley divina. Este vínculo sagrado, en atención al bien
tanto de los esposos y de la prole como de la sociedad, no depende de la
decisión humana. Pues es el mismo Dios el autor del matrimonio,
o
52. La familia es escuela del más rico
humanismo.
o
Los propios cónyuges, finalmente, hechos a imagen
de Dios vivo y constituidos en el verdadero orden de personas, vivan unidos,
con el mismo cariño, modo de pensar idéntico y mutua santidad, para que,
habiendo seguido a Cristo, principio de vida, en los gozos y sacrificios de su
vocación por medio de su fiel amor, sean testigos de aquel misterio de amor
que el Señor con su muerte y resurrección reveló al mundo.
o
-
Familiaris consortio 22091981
o
1. el matrimonio y la familia constituyen uno de
los bienes más preciosos de la humanidad
o
11. La Revelación cristiana conoce dos modos
específicos de realizar integralmente la vocación de la persona humana al amor:
el Matrimonio y la Virginidad. Tanto el uno como la otra, en su forma propia,
son una concretización de la verdad más profunda del hombre, de su «ser imagen
de Dios».
o
12 . la palabra central de la Revelación, «Dios
ama a su pueblo», es pronunciada a través de las palabras vivas y concretas con
que el hombre y la mujer se declaran su amor conyugal. Su vínculo de amor se
convierte en imagen y símbolo de la Alianza que une a Dios con su pueblo
o
13 – Dice Tertuliano «¿Cómo lograré exponer la
felicidad de ese matrimonio que la Iglesia favorece, que la ofrenda eucarística
refuerza, que la bendición sella, que los ángeles anuncian y que el Padre
ratifica? ... ¡Qué yugo el de los dos fieles unidos en una sola esperanza, en
un solo propósito, en una sola observancia, en una sola servidumbre! Ambos son
hermanos y los dos sirven juntos; no hay división ni en la carne ni en el
espíritu. Al contrario, son verdaderamente dos en una sola carne y donde la
carne es única, único es el espíritu»
o
43. La misma experiencia de comunión y
participación, que debe caracterizar la vida diaria de la familia, representa
su primera y fundamental aportación a la sociedad. Las relaciones entre los
miembros de la comunidad familiar están inspiradas y guiadas por la ley de la
«gratuidad» que, respetando y favoreciendo en todos y cada uno la dignidad
personal como único título de valor, se hace acogida cordial, encuentro y
diálogo, disponibilidad desinteresada, servicio generoso y solidaridad
profunda. Así la promoción de una auténtica y madura comunión de personas en la
familia se convierte en la primera e insustituible escuela de socialidad,
ejemplo y estímulo para las relaciones comunitarias más amplias en un clima de
respeto, justicia, diálogo y amor.
§
Gratia gratis
data est: nam nisi gratis esset, gratia non esset.
o
57 La Eucaristía es la fuente misma del
matrimonio cristiano. En efecto, el sacrificio eucarístico representa la
alianza de amor de Cristo con la Iglesia, en cuanto sellada con la sangre de la
cruz[145]. Y en este
sacrificio de la Nueva y Eterna Alianza los cónyuges cristianos encuentran la
raíz de la que brota, que configura interiormente y vivifica desde dentro, su
alianza conyugal. En cuanto representación del sacrificio de amor de Cristo por
su Iglesia, la Eucaristía es manantial de caridad. Y en el don eucarístico de
la caridad la familia cristiana halla el fundamento y el alma de su «comunión»
y de su «misión», ya que el Pan eucarístico hace de los diversos miembros de la
comunidad familiar un único cuerpo, revelación y participación de la más amplia
unidad de la Iglesia; además, la participación en el Cuerpo «entregado» y en la
Sangre «derramada» de Cristo se hace fuente inagotable del dinamismo misionero
y apostólico de la familia cristiana.
-
Fratelli Tutti
o
114. Quiero destacar la solidaridad, que «como virtud moral y
actitud social, fruto de la conversión personal, exige el compromiso de todos
aquellos que tienen responsabilidades educativas y formativas. En primer
lugar me dirijo a las familias, llamadas a una misión educativa primaria e
imprescindible. Ellas constituyen el primer lugar en el que se viven y se
transmiten los valores del amor y de la fraternidad, de la convivencia y del
compartir, de la atención y del cuidado del otro. Ellas son también el ámbito
privilegiado para la transmisión de la fe desde aquellos primeros simples
gestos de devoción que las madres enseñan a los hijos. (Jornada de la
Paz 2016)
o
230. El esfuerzo duro por superar lo que nos divide sin perder
la identidad de cada uno, supone que en todos permanezca vivo un básico
sentimiento de pertenencia. Porque «nuestra sociedad gana cuando cada persona,
cada grupo social, se siente verdaderamente de casa. En una familia, los
padres, los abuelos, los hijos son de casa; ninguno está excluido. Si uno tiene
una dificultad, incluso grave, aunque se la haya buscado él, los demás acuden
en su ayuda, lo apoyan; su dolor es de todos. […] En las familias todos
contribuyen al proyecto común, todos trabajan por el bien común, pero sin
anular al individuo; al contrario, lo sostienen, lo promueven. Se pelean, pero
hay algo que no se mueve: ese lazo familiar. Las peleas de familia son
reconciliaciones después. Las alegrías y las penas de cada uno son asumidas por
todos. ¡Eso sí es ser familia! Si pudiéramos lograr ver al oponente político o
al vecino de casa con los mismos ojos que a los hijos, esposas, esposos, padres
o madres, qué bueno sería. ¿Amamos nuestra sociedad o sigue siendo algo lejano,
algo anónimo, que no nos involucra, no nos mete, no nos compromete?»
(Discurso Quito 2015)
Trnidad 7,6
aut quia iusti sunt ,aut ut
iusti sint
aut quia iustus est, aut ut
iustus sit
El que ama a los hombres ha
de amarlos o porque son justos o para que sean justos. Con igual caridad se ha
de amar a sí mismo; es decir, o porque ya es justo o para hacerse justo. Sólo
así podrá amar al prójimo como a sí mismo sin sombra de peligro. Y todo el que
ame con otro amor, injustamente se ama, pues se ama para hacerse injusto; se
ama para ser malo, y, en consecuencia, no se ama. El que ama la injusticia, odia
su alma12
Serm 336
Amemos, sí. Amemos
generosamente. Es Dios a quien amamos. Y nada hay más digno de nuestro amor. Amémosle
a él por sí mismo. Y los unos a los otros en él y sólo por él. Sólo ama de
verdad al prójimo el que ama a Dios en él, bien porque Dios ya vive o bien para
que viva en él. Esto es amor. Amar por cualquier otro motivo no es amor, sino
odio (Serm. 336,1,1).
Ciudad de Dios XIV,10
Justamente se pregunta si el
primer hombre o los primeros hombres (ya que el matrimonio era de dos) tenían en
el cuerpo animal antes del pecado los sentimientos que no tendremos nosotros en
nuestro cuerpo espiritual una vez acabado y purificado el pecado.
Reinaba allí un amor sereno
a Dios y de los cónyuges entre sí, viviendo en una leal y sincera compañía. De
este amor procedía un inmenso gozo, sin decaer el objeto del amor y causa del
gozo. Se evitaba con tranquilidad el pecado, y al evitarlo, no surgía de otra
parte mal alguno que pudiera contristarlos.
Vivebat itaque homo in
paradiso sicut volebat, quamdiu hoc volebat quod Deus iusserat; vivebat fruens
Deo, ex quo bono erat bonus; vivebat sine ulla egestate, ita semper vivere
habens in potestate.
Vivía el hombre en el
Paraíso como quería, mientras quería lo que Dios había mandado. Vivía gozando
de Dios, con cuyo bien era él bueno; vivía sin privación alguna, estando en su
poder el vivir así siempre. Había alimento para que no tuviera hambre; había
bebida para que no tuviera sed, y el árbol de la vida para que no lo consumiera
la vejez. Ninguna corrupción en el cuerpo ni procedente del cuerpo, producía
molestia alguna a sus sentidos. No había enfermedad interna ni accidente
externo que temer. Era completa la salud en su carne y total la tranquilidad en
el alma. Como en el Paraíso no había ardor ni frío, así sus moradores estaban
libres de cualquier molestia que causara a su buena voluntad el deseo o el
temor. No había tristeza alguna ni alegría vana. Se le garantizaba el verdadero
gozo en la perennidad de Dios, hacia el cual tendía su caridad, que brota del
corazón limpio, de la conciencia honrada y de la fe sentida114. Y existía también una sociedad sincera entre los esposos
garantizada por el amor honesto; la mente y el cuerpo llevaban una vida de
mutua concordia, y el mandato se observaba sin esfuerzo. El hastío no
llegaba a molestar al ocioso ni causaba incomodidad la pesadez del sueño.
Ciudad de Dios XIX, 3,2
(según los filósofos
antiguos… y los pensadores modernos) la
presente vida feliz es también vida en sociedad cuando se busca el bien de los
amigos por el bien mismo, como si fuera propio, queriendo para ellos lo mismo que se quiere para sí. Esta vida
puede ser bajo el mismo techo, como los esposos, los hijos y quienes con ellos
conviven; o también en un lugar determinado donde esté su casa, como, por
ejemplo, la ciudad y los que se llaman ciudadanos; o puede ser en todo el orbe,
como ocurre con las naciones, a quienes liga la sociabilidad entre sí; y
también puede ser en el universo entero, lo que entendemos por cielo y tierra,
Sermón 272 - Estote quod
videtis, et accipite quod estis.
Sobre la mesa del Señor está puesto el misterio
que vosotros mismos sois: recibís el misterio que sois vosotros. A eso que
sois, respondéis «Amén», y al responder (así) lo rubricáis. Escuchas, pues:
«Cuerpo de Cristo», y respondes: «Amén». Sé miembro del cuerpo de Cristo, para
que tu «Amén» responda a la verdad.
Un único pan: ¿Quién es este único pan? Siendo muchos somos un único cuerpo. Traed a la
memoria que el pan no se hace de un solo grano, sino de muchos. Cuando se os
aplicaban los exorcismos, erais como molidos; cuando fuisteis sumergidos en el
agua, como amasados; cuando recibisteis el fuego del Espíritu Santo, como
cocidos. Sed lo que veis y recibid lo que sois.
Recordad, hermanos, cómo se
elabora. Son muchas las uvas que penden de un racimo, pero el zumo de todas
ellas, mezclado, es único. De igual modo nos simbolizó también a nosotros
Cristo, el Señor; quiso que nosotros perteneciéramos a él; en su mesa consagró
el misterio de la paz y de unidad de nosotros con él.
que se digne escuchar en su
bondad nuestras súplicas, alejar con su poder al enemigo de nuestras acciones y
pensamientos, aumentar nuestra fe, dirigir nuestra mente, otorgarnos
pensamientos espirituales y conducirnos a su bienaventuranza por Jesucristo, su
Hijo. Amén.
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