El absurdo del Sepulcro


     Hay un personaje bíblico que produce una particular fascinación de la que no soy ajeno. Una discípula de Jesús - tan sólo se nombran tres o cuatro - de la que apenas hay datos biográficos. Marcos dice que de ella Jesús "había sacado siete demonios", una noticia repetida por Lucas (¡que lo asocia con las enfermedades 8,2) y que es demasiado ambigua y abierta a la interpretación como para no caer bajo el influjo de una imaginación caprichosa. 
      De ella hay un dato fuertemente transmitido: acompañaba a Jesús en el momento de su muerte, estaba junto a la cruz ella y Juan, ningún otro discípulo, ningún gran apóstol. El otro dato es que es la primera persona en encontrar al resucitado, al menos según las tradiciones de Mateo (28,1), y Juan (20,1) y también en la ampliación del evangelio de Marcos (16,9).

María de Magdala no está junto a la cruz porque espere o crea que Jesús va a hacer algo. Es más una fidelidad casi esencial. Es como si toda su vida estuviera marcada por una tarea "servir al Señor". De hecho Lucas la describe así, como una de las mujeres que acompañaban a Jesús para servirle (Lc 8,2-3)
     Así que María es fiel a sú misión, a su tarea. Su vida está conformada no por un proyecto que ella ha asumido, no por sus propias espectativas, sino que su vida toma forma de un proyecto que otro toma sobre ella y que ella abraza, así como abraza la Cruz. No es la vida de quien busca desarrollar un proyecto personal, sino la vida de quien ha recibido un proyecto de otro, un encargo externo a ella misma que ella acepta y abraza. Por eso abraza la Cruz.

    La vida de la Magdalena es una vida en vocación, llamada por otro. La vida del ser humano es esto, respuesta a la llamada que otro nos hace, otro que nos pide que le acompañemos en la vida y formemos juntos una familia, otro que nos llama a ser padres, otro que nos convoca a dar la vida por la Iglesia.... en el fondo Magdalena está llamada a servir a Jesús. Y ser su servidor es lo que la cualifica, lo que la define, lo que la explica.

Y al final, María es fiel a su misión. Ella, la servidora del Señor se preprara durante el sábado para su último servicio, la unción en el sepulcro. No es importante si era o no el rey de Israel, si era el Mesías, si Dios le amaba.... lo importante es que a ella le ha sido requerido este servicio. Y Magdalena es fiel. 

Magdalena acepta a Jesús y su misión tal y como es, no tal y como le gustaría que fuera. Por eso se prepara para actuar tal y como son las cosas, tal y como han sucedido. El Señor ha muerto, ella va a honrar su cuerpo y preparar su sepultura..... y su fidelidad, de hecho su urgente fidelidad le hará encontrarse al alba junto al sepulcro..... pero esa es historia para la mañana siguiente

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