¿Quienes son santos?
La noche del 31 de octubre se festeja con una mirada burlona hacia la muerte. Algunas de sus características más dramáticas como la putrefacción, la decrepitud y la deformidad que el sepulcro genera en la belleza de los cuerpos se convierte en excusa de broma, de risa, de mofa. Morir es una de las realidades más humanas. Ante ella cada minuto de la existencia, a cada día, a cada gesto de amor, adquieren una dimensión de únicos, de irrepetibles. Porque cuando descienda el telón sobre nuestra última noche nada quedará salvo el recuerdo. Y el drama de que la eternidad sembrada en nuestros corazones quede reducida a cenizas se afronta con la inconsciencia o la negligencia del necio o el inconsciente. El tajo de la parca, la guadaña que cercena y niega la eternidad de nuestras palabras y amores, se adorna de broma y guasa para disfrazar su filo y su drama. Y sin embargo, la mañana del 1 de noviembre se festeja con una mirada profunda hacia la vida. Pero una vida vivida desde la partic...